Mi mejor amigo es gay y tiene varios clichés muy gays, como el básico: ser fan de una cantante rubia de cuerpazo. También es muy especial con su vestimenta, y tiene una aversión homofoba (yo digo miedosa) hacia las vestidas, ese punto es alborotador a nuestras personalidades porque yo defiendo, quiero y admiro a las vestidas, me parece que tienen unos webos enormes que muchos hombres quisieran portar con la misma dignidad y orgullo que ellas. También va al gimnasio porque le gustan los hombres marcados y ahí pululan los gays de closet, como el.
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Siempre me cuenta de sus tertulias, de cómo se miran, de que platican, de lo que coquetean, de que se desnudan en los baños de vapor y demás cosas por el estilo. Y eso que es en un gimnasio mixto, el más gay bara de la ciudad: Planet Gym a donde caen todos los fresas que no tienen para pagar el Sport City o que no quieren invertirle tanto al gimnasio e invierten más a el outfit.
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Así que un día me entraron las ganas y me metí a uno. Además de que llega una edad en la que el ejercicio no es un capricho escultural, es una necesidad. Y como no tuve el presupuesto para el Planet Gym y me daba pena la idea de sudar con hombres y pelearme con un guey por una de las 7 caminadoras en existencia me metí al famosísimo gimnasio para damas que se anuncia cada 5 minutos en las noticias con Susana Valdez (te extrañamos) y con la comadre Maria Julia La Fuente. Pues ahí voy, dispuesta a la aventura de estar en un gimnasio only girls.
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Corrí con suerte porque es un gimnasio nuevo, dentro de un centro comercial cerca de mi casa y con una decoración discreta, he visto otros gimnasios de la misma cadena con una decoración como de pescadería, lo juro (evitemos además las comparaciones pescado y mujer por favor). Bueno, el ambiente es lindo. La música al principio era espantosa, no salíamos del regeaton y ritmos latinos. Hubo un tiempo en el que hasta ponían las baladas de José José (what the fuck!!) por suerte yo llevo mi propia música pero llegue a compadecer a las demás. Como el personal ha ido rotando supongo que se fue la fan de José José y ahorita ya vamos en Usher, give me five.
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Llevo un par de meses. Mi cuerpo se siente muy animado, tengo mas condición, se genera una adicción rica, y es una válvula de escape pero también he notado algo: las mujeres somos bien envidiosas unas con otras, bien viboronas, y nada amigables. Por eso siempre se me ha hecho más fácil la amistad con hombres o con gays. Todas vamos muy en nuestra onda, casi no nos hablamos, y las mas platicadoras (a veces) suelen ser las señoras de 60 años. Todas las demás van a lo suyo y ya. A mi se me ha hecho bien difícil platicar con alguna. Más bien rara vez ha ocurrido. Bueno, con decirles que con la que me llevo poca madre es con la bicicleta a la que me subo todos los días (la tercera de izquierda a derecha).
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Siempre me cuenta de sus tertulias, de cómo se miran, de que platican, de lo que coquetean, de que se desnudan en los baños de vapor y demás cosas por el estilo. Y eso que es en un gimnasio mixto, el más gay bara de la ciudad: Planet Gym a donde caen todos los fresas que no tienen para pagar el Sport City o que no quieren invertirle tanto al gimnasio e invierten más a el outfit.
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Así que un día me entraron las ganas y me metí a uno. Además de que llega una edad en la que el ejercicio no es un capricho escultural, es una necesidad. Y como no tuve el presupuesto para el Planet Gym y me daba pena la idea de sudar con hombres y pelearme con un guey por una de las 7 caminadoras en existencia me metí al famosísimo gimnasio para damas que se anuncia cada 5 minutos en las noticias con Susana Valdez (te extrañamos) y con la comadre Maria Julia La Fuente. Pues ahí voy, dispuesta a la aventura de estar en un gimnasio only girls.
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Corrí con suerte porque es un gimnasio nuevo, dentro de un centro comercial cerca de mi casa y con una decoración discreta, he visto otros gimnasios de la misma cadena con una decoración como de pescadería, lo juro (evitemos además las comparaciones pescado y mujer por favor). Bueno, el ambiente es lindo. La música al principio era espantosa, no salíamos del regeaton y ritmos latinos. Hubo un tiempo en el que hasta ponían las baladas de José José (what the fuck!!) por suerte yo llevo mi propia música pero llegue a compadecer a las demás. Como el personal ha ido rotando supongo que se fue la fan de José José y ahorita ya vamos en Usher, give me five.
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Llevo un par de meses. Mi cuerpo se siente muy animado, tengo mas condición, se genera una adicción rica, y es una válvula de escape pero también he notado algo: las mujeres somos bien envidiosas unas con otras, bien viboronas, y nada amigables. Por eso siempre se me ha hecho más fácil la amistad con hombres o con gays. Todas vamos muy en nuestra onda, casi no nos hablamos, y las mas platicadoras (a veces) suelen ser las señoras de 60 años. Todas las demás van a lo suyo y ya. A mi se me ha hecho bien difícil platicar con alguna. Más bien rara vez ha ocurrido. Bueno, con decirles que con la que me llevo poca madre es con la bicicleta a la que me subo todos los días (la tercera de izquierda a derecha).