A. He andado de un carácter de vieja mal cogida que no me la acabo. Ya no me sirve el disimular. :p Si todo fueran problemas de dineros esta bien, pero resulta que a esos problemas se suman los de tipo existencial, y en mi caso, los de tipo tolerancia. Me estoy volviendo bien pinche intolerante hacia una persona en particular, amigo de muchos años. Simple y sencillamente en estos momentos de mi azarosa vida no –lo- soporto. Me molesta lo que dice (que viene siendo un conjunto de verborrea sin sentido) me molesta lo que piensa, me molestan sus amigos (o por lo menos lo que me cuenta de ellos) me molesta eso, que me cuente cosas que he escuchado quinientas veces y justo ahora no me emociona escuchar y hasta me molesta que sospecho que lo sabe y lo hace con ese afán protagonista. No pretendo criticar solo evidenciar que estoy molesta y punto. Porque si no lo saco, si no me encabrono y arg me puede dar gastritis y entonces para que son los blogs :p
B. Y necesito cariños. Yo no se como le harán las monjas y los religiosos fanáticos (tipo Eduardo Verastegui, este twitter me asusta algo) que renuncian a la idea de amaros unos a los otros pero yo estoy ganosa (y no es lo mismo que necesitada, freak de miedo, okay?) de alguien que me haga sentir lindo, toda emocionada y ya. Eso, quiero sentir la emoción del enamoramiento. Y, bueno, sucede que me levanto enamorada de personas ordinarias y en la noche me acuesto emputada porque alguien me hizo encabronar, y el calor hizo lo suyo. Quien me entiende, ya se.