domingo, 29 de mayo de 2011

Sentí envidia (“de la buena”)

Esta semana vi las fotos de los españoles que se levantaron contra el gobierno de forma pacifica y razonada (ver aqui) y me gustaron mucho. Sentí envidia por ellos (por cierto, la envidia siempre es un sentimiento malo, incomodo, a pesar de la aclaración de la gente cuando la quiere pintar de buena) porque se decidieron a protestar unidos y organizados y se ve que son los jóvenes los que están luchando por el país que les tocara vivir, por el futuro que esta en sus manos. Son muchísimos, todos entregados a la causa. Por las caras son personas que rondan las edades de 23-39 las que están ahí acampando y haciéndose escuchar. En mi ciudad las personas de ese rango de edad o están viendo el futbol y tomándose unas cervezas o están navegando en FB en busca de chisme y fotos familiares.

El sábado vimos un video muy lamentable de una maestra de un kinder de la ciudad que tuvo que distraer a los niños en plena balacerla, cantandoles. Todos tirados en el piso, asustados. Es totalmente inaceptable, indignante, debería ser la piedra que rompe el jarrito, no se, enojarnos todos y salir a gritar que no podemos acostumbrarnos a esto y que esos niños no merecen traumarse desde bebes. Y ¿que sucedió? La gente en vez de reaccionar, lo que hace es postear pendejadas tipo: “Ay, que buena maestra” “Me da ternura” “Pobres niños, pero que buena maestra” ¡¡wtf!! Obviamente el gobierno (que trabaja para un cartel del Narco) busco a la maestra en cuestión porque necesitan este tipo de historias conmovedoras para seguir justificando algo que no tiene justificación y que ellos propiciaron. Y me da tristeza que muchos –no digo que todos- jóvenes no lo vean así. Que estamos muy pasivos. Si quisiera hacer el sueño español de acampar afuera de la casa de Gobierno tendríamos que ser al menos unas 200 personas porque si vamos menos de 50 la primera noche nos llega un comando armado y al grito de: ¡Órale, putos! Se nos acaba el sueño. Y luego tenemos la idea de que la religión lo va a cambiar todo.

En su muro de FB un amigo puso un comentario con tintes de drama e indignación. Para pronto se le sumaron algunos comentarios de sus amigos (todos rondando los 30 años) diciendo que hay que rezar, que Dios nuestro Señor puede cambiar y hacer milagros y orar. Un tipo sensato se atrevió a decir que mucha responsabilidad también era nuestra, que Dios es un apoyo espiritual pero necesitamos cambios terrenales, legales, y que saltan todos en bola alegando blasfemia y el pobre mejor les dio la razón y se fue a hacer cosas mas provechosas supongo. También me he topado casos parecidos, sin propuestas. Hay una chica que en un tiempo fue popular a nivel local por su participación en tribus urbanas. Ella y su grupo de amigos  son gente leída, analítica, propositiva. Es de las pocas personas que invita a que pensemos, propongamos, en pocas palabras nos movamos. Pero muy pocos le hacen caso, muchos prefieren cruzarse de brazos y quejarse. Y bueno es triste que muchos de los que piensan emigran del país. Y encima la violencia familiar en contra de las mujeres esta en un apogeo bárbaro, ya para que denuncien las estrellas de television quiere decir que abajo, en lo secreto, hay muchisimas mujeres violentadas callandose por miedo. Que no sea sorpresa que algunos de los hijos de esos matrimonios, traumados, dañados por tanto pleito familiar y desempleo, crezcan con todas las posibilidades de ser los nuevos clientes potenciales del narcotráfico y sus integrantes. Endless.