Hoy en la oficina alguien llegó comentando un suceso de ayer en la ciudad. Resulta que unos narcos estaban recorriendo ciertas calles cuando fueron descubiertos por policías del bando honrado y estos comenzaron a seguirlos. Se dio la persecución y balacera cuando en eso los narcos sacan del coche un cañón de guerra (¡!) obvio los policías se asustaron y desviaron el coche chocando contra una casa. Cuando lo contó, así, sin pensarlo, todos soltamos la carcajada al oír lo de el cañón. Después del acto me quedé pensando en cómo nos reímos de algo así, parece película, pero es cierto. Ya para que tengan un cañón por la calle como cualquier cosa, sabes que esto es un desmadre total y para no deprimirte te sale el humor involuntario.
Creo que todos tenemos miedo al rechazo. Siempre lo vas a tener, es parte de la vida supongo. Yo tengo miedo al rechazo y por eso he echado a perder varias oportunidades de conocer personas interesantes. Hubo un tiempo, (una racha de la que por fortuna voy saliendo poco a poco) en el que tenía una autoestima muy, muy débil. Todos eran mejor que yo en algo. Y sólo veía mis aspectos negativos. Entonces me juntaba con gente medio emo para por lo menos quejarme en grupito de mí y de otros. Pero no era feliz, obvio, porque vivir siendo tapete de todos no te hace feliz, quizás te acepten, pero en las noches, cuando te quedas sola, sabes que te duele. A mi se me dificulta mucho entablar conversaciones ya sea porque no sé escuchar y tiendo a aburrirme o me da un poco de miedo que lo que diga le parezca aburrido o fuera de lugar a alguien más.
Esta semana estaba leyendo que si padeces algo como lo que padezco yo (miedo al rechazo) hagas una lista de tus cosas buenas -al menos 5- y otra lista de las que consideras malas pero neutralizandolas o sea cambiándoles la carga negativa, por ejemplo: "Soy un webon" (flojo) la cambias a "Me gusta descansar de más" jajaja. Entonces aquel rollo masoquista se convierte en una vil descripción que le quita peso a lo malo. No pues, así sí juego así que hice una lista:
- Reflexiono mucho antes de actuar.
- Todo me llama la atención.
- No soy tan espontánea como otros.
- No hago las cosas que necesito hacer.
- Pienso mucho en mi y me olvido de los demás muy seguido.
- Me falta paciencia para tratar a ciertas personas y niños.
- Me cuesta trabajo perder.
- Se me dificulta ponerme en el lugar de los demás.
- Todavía no encuentro mi lugar en la vida.
- Hay cosas que me siguen dando miedo.
- A veces los nervios me dejan llevar.
- Se me dificulta ser amistosa aún.